El término consustancial tiene su origen en el latín. Procede de consubstantialis, consubstantiale cuyo significado es de la misma sustancia.
Este adjetivo latino está conformado por el prefijo con- que significa convergencia, reunión; en segundo lugar, por el vocablo substantia, substantiae que significa sustancia, ser, existencia, esencia. Este sustantivo está formado a su vez, por el prefijo sub- (debajo) más el verbo sto, stare, steti, statum que expresa estar de pie, o parado, más el sufijo –ntia (cualidad de un agente). Y por último se le añade a la base consubstanti- el sufijo –alis que indica relación, pertenencia.
Puede considerarse, entonces como el concepto etimológico de esta palabra: perteneciente a lo que converge en la misma esencia.
Clase: adjetivo, singular. En cuanto al género, todo adjetivo lo toma del sustantivo que acompaña. Pero en este caso, no toma la desinencia ni del género masculino ni del femenino, sino que permanece invariable, por terminar en –l.
La Real Academia Española da como su definición “Rel. Que es de la misma sustancia, naturaleza indivisible y esencia que otro”.
Por su parte, la Enciclopedia Universal define a este vocablo como: “se aplica a la cualidad que es connatural o inherente a la naturaleza de una persona o cosa […]” Se utiliza también como consubstancial y tiene régimen preposicional + a.
Este término y su sustantivo consubstancialidad son usados en la cristología cristiana latina, y fue acuñado por Tertuliano.
De este modo la consubstancialidad está representada en la relación entre los seres divinos de la Santísima Trinidad Cristiana constituyendo el Misterio escondido en Dios. Y este Misterio se explica a partir de saber que hay un solo Dios, en tres personas distintas entre sí, no por su naturaleza ya que todas son la divinidad, sino por su obrar en la salvación. Por eso se dice que Dios Padre es el Principio sin Principio porque no ha sido ni creado ni engendrado. Y por sí mismo es el Principio de Vida en comunión con el Hijo y el Espíritu Santo. Dios Hijo, es engendrado o creado a partir del Padre. Por eso se dice que Jesús es hijo eterno y consubstancial -de la misma naturaleza o sustancia-. Así Dios es tanto el Padre que engendra como el Hijo que es engendrado. En cuanto a Dios Espíritu Santo, procede tanto del Padre como del Hijo y también forma parte de la consubstancialidad entre el Padre y el Hijo ya que es el soplo del Amor entre ellos. Esto es porque Dios en su intimidad es Amor, que se hace presente en el Espíritu Santo.
Inherente, intrínseco, connatural, congénito.
Accidental, adquirido.
“La unión con Gaia es consustancial a todas las tribus aborígenes de América”. Se refiere en este caso a que es inherente a todas las tribus su unidad con la Tierra y toda la naturaleza.
“El filósofo se ha opuesto a las justificaciones de la nueva ley represiva, aduciendo que la maldad no es consustancial a ningún ser humano, sino que es adquirida”. En este ejemplo, se usa con el sentido de que ningún hombre es esencialmente malo.
“En el sermón dominical, el sacerdote ha explicado por qué Jesús es consustancial de Dios”. Aquí, se aplica al Misterio de la Iglesia Católica de la Santísima Trinidad.