La palabra enuresis tiene su origen en el griego. Es un neologismo formado a partir del prefijo ἐν– (pr.en) (en, dentro de, en medio de), más el verbo οὐρέω (pr.oyréo) cuyo significado es orinar y el sufijo –σις (pr.sis) con el valor de acción. Puede considerarse su concepto original, entonces, como la acción de orinarse en sí mismo, dentro de sí.
Clase: sustantivo, femenino, singular.
La Real Academia Española da como definición “incontinencia urinaria”.
También se la puede definir como la “micción reiterada en la cama o en la ropa, generalmente nocturna, en un niño normal de edad suficiente como para haber completado su adiestramiento para ir al baño.
Puede ser voluntaria o involuntaria y suele ser familiar. Su probabilidad de presentarse aumenta con las situaciones vitales estresantes, el mal adiestramiento del control de esfínteres y la marginación social crónica. Habitualmente se resuelve con el tiempo. El tratamiento consiste en educación familiar, tranquilización y terapia conductual. Una alarma para despertar al niño cuando empieza a orinarse ha demostrado ser muy efectiva, pero tarda en conseguir un éxito cabal. La farmacoterapia, aunque no es lo ideal, resulta a veces, efectiva.” (Enciclopedia Universal 2012).
Algunas de las causas pueden ser:
Hereditarias: cuando los padres han tenido el mismo problema, la probabilidad de que sus hijos lo sufran es de hasta el 77%.
Neurológicas asociadas a otras enfermedades.
Fisiológicas: alteración del sueño o un ciclo de sueño muy profundo; una vejiga pequeña; musculatura débil; retardo en la maduración del sistema nervioso central del niño.
Psicológicas: situaciones estresantes que aparezcan y supongan un cambio importante para el niño como un divorcio, cambio de colegio, nacimiento de un nuevo hermano, pérdida de algún familiar, etc. Trastornos emocionales o de conducta.
Incontinencia urinaria; micción reiterada.
“La madre debió confesar que cuando niña se orinaba en la cama por las noches cuando su hijito comenzó con problemas de enuresis”. Se refiere en este caso al factor hereditario de este problema.
“No sufre de enuresis, solo espera hasta el último momento para ir al baño y por eso muchas veces se orina encima”. Aquí señala un comportamiento distractivo que puede semejarse a esta anomalía .
“Han decidido concurrir a un psicólogo, luego de descartar un problema físico, para que trate a su hija de 5 años que sufre de enuresis.”. En este ejemplo se usa con el sentido de causa psicológica de este trastorno.