Cuando escuchamos estulto, muchas veces no se sabe a qué se hace referencia ya que de manera convencional en la dialéctica lingüista fue remplazada por otro sinónimo. Por eso es necesario primeramente descubrir su etimología, proviene de latín, de la palabra “stultus” y su significado es necio.
Pero lógicamente dejamos de manera recomendada, tratar de incluir y conocer la definición de la misma de acuerdo a como la determina la Real Academia Española. Para una concepción pragmática y clarificada del concepto.
De acuerdo a lo establecido es necesario saber que cuando se utiliza está palabra, generalmente se está haciendo alusión de manera elegante a una determinada ofensa, ya que tiene un amplio carácter de subjetividad hacia una persona en sí, o las actitudes que establece frente a otra, por mera falta de comprensión, entendimiento y/o carencia de comunicación verbal por diversas situaciones.
También se identifica a un estulto, como un especialista en realizar y ejecutar todas situaciones o clases de estulticias, que por lógica es actuar con cierta insensatez o ausencia de obrar en buen juicio. No debemos dejar de darle hincapié a diversos clásicos literarios de diferentes índoles, que han utilizado el término para hacer referencia en sus obras, entre ellos se encuentra el “Elogio de la Locura” del autor Morias Enkomion, que por medio de una loa satírica utilizó el concepto, o sea a la tontería, mediante diversos discursos solemnes, para describir sobre las prácticas, consideradas para el autor, corruptas respecto a la iglesia católica.
El escritor irlandés Jonathan Swif, en su libro reconocido con el nombre “Los Viajes de Gulliver” también hace alusión del término en cuestión. Y el libro tiene como finalidad describir ciertas críticas sobre la sociedad y sobre todo la condición humana.
Es importante saber que en varios versículos de la Biblia, Sagradas Escrituras, se identifica el uso del concepto.
Pero es importante comprender que algunas palabras y sus connotaciones derivan de épocas remotas, antiguas, que los parámetros de convivencia social estaban dotados de estructuras de mayor rigidez, por ende se juzgaba con mayor facilidad al prójimo por no actuar de manera convencional al resto.