“Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña” más que una frase popular es un dicho que aún se sigue escuchando. Tiene varios significados pero lo que los une a todos es que si se está esperando algo o a alguien y eso no llega en el momento preciso, es recomendable salir a buscarlo personalmente.
Si bien existen quienes sostienen que esto fue dicho por el profeta musulmán, no existe tal frase en el Corán ni antecedente de que haya pronunciado esta frase.
Clase: frase coloquial formada por una conjunción condicional (si); un artículo femenino singular (la); un sustantivo femenino singular (montaña); un adverbio de negación (no), el verbo venir en tercera persona singular del presente modo indicativo (viene); una preposición (a); un sustantivo propio (Mahoma); idéntico sustantivo; el verbo ir en tercera persona de singular presente (va); la preposición (a); el artículo femenino singular (la) y el sustantivo femenino singular (montaña).
La definición de “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña” es: si se está esperando que suceda algo importante, pero no sucede en el momento en que se esperaba, es preciso que la persona se mueva para conseguirlo. Se aplica también para toda oportunidad de éxito que no llega, la que debe salir a buscársela.
En síntesis su concepto, es la recomendación de que se tome la iniciativa personalmente en todo aquello que es de interés para alguien, sin esperar que las cosas lleguen por sí solas.
Asimismo es un posible consejo para tener en cuenta con respecto a las personas, que si alguien no llega a la cita esperada, es uno el que tiene que ir en busca de esa persona.
Si bien se puede considerar a esta oración como una frase popular, técnicamente es una paremia. Esto es un enunciado breve e ingenioso que transmite un mensaje invitando a la reflexión moral e intelectual.
Con respecto a su origen, contrariamente a lo que se cree, no es un dicho o una frase pronunciada por Mahoma (570-632), sino escrita por Francis Bacon (1561-1626), precursor del método experimental a nivel científico y uno de los máximos adversarios que tuvo el conocimiento supersticioso y dogmático de la Edad Media. Este filósofo inglés y canciller del reino escribió varios Ensayos. En uno de ellos, como un método de ejemplificación de su teoría y con el fin de desmitificar determinados modos de razonar, escribió un relato que tenía como protagonista a Mahoma. En él se señala que el profeta les dijo a sus discípulos que daría la orden a una montaña para que se acerque y desde su cima, el predicaría. Ante gran cantidad de gente, Mahoma llamó varias veces a la montaña pero viendo que ésta no se movía de lugar, el profeta dijo: “Si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña”. Y así lo hizo, sin avergonzarse.
De este modo, lo que Bacon puso en boca de Mahoma, terminó convirtiéndose en un refrán popular.
Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña; si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.
“Su amigo lo dejó esperando pero lejos de molestarse se dirigió a buscarlo porque para él si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. En este ejemplo, se usa con el sentido de una persona que va en busca de otra que no concurrió a la cita.
“Muy segura dijo a sus amigas que va a hablar con su jefe para pedirle un aumento, porque si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. Se refiere en este caso, a pedir por algo que se supone que otra persona debería ofrecerlo.
“Es una persona muy diligente y decidida, de las que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. Aquí, se aplica a alguien activo, laborioso y esforzado.