Si se escucha decir sobre alguien que es de “mantenerse en sus trece”, se está haciendo referencia a una persona plantada en su lugar, opinión o posición y que no es capaz de salirse de allí bajo ninguna condición.
Clase: frase coloquial formada por un verbo pronominal en infinitivo de la 2da conjugación (mantenerse); una preposición (en); un pronombre posesivo de tercera personal plural función adjetiva (sus) y un sustantivo masculino singular (trece).
“Mantenerse en sus trece” de uso habitual en España y Latinoamérica tiene por definición: frase que se utiliza para aludir a una persona que persiste en su terquedad en cuanto a una opinión, criterio o propósito. Por más que se le den argumentos, recomendaciones y consejos sensatos, dicha persona se mantiene en su posición sin cambiarla por nada.
En cuanto al origen de su significado, existen varias explicaciones posibles:
Una de ellas es referida a un juego de naipes, en el que ganaba la partida quien llegara lo más cerca de los 15 puntos pero sin pasarlos. Esa era la razón por la que muchos jugadores se quedaban en los 13 puntos para no pasarse de los 15.
La segunda se refiere a la época de la Inquisición en la que se exigía a los judíos a renegar de su fe que se hallaba compendiada en trece artículos, o principios en que su Misné Toráh, se resumía la ley mosaica. De esa forma cuando la persona de dicha religión no aceptaba convertirse, se decía que el inquisidor hacía constar: “sigue en sus trece”. Con esto se lo condenaba a la hoguera.
La tercera, es la que se considera más certera y posible. Se trata de lo que ocurrió en el denominado Cisma de Occidente, problema ocurrido dentro de la Iglesia Católica durante el siglo XIV.
Debido a manejos de la monarquía francesa, la corte papel pasó de Roma a Avignon, Francia. En Avignon se sucedieron trece papas que fueron manejados por la monarquía francesa, ya que era quien los nombraba. Esto finalizó en un cisma, a partir del cual, en 1378, la curia romana decidió nombrar un nuevo papa en Roma, sin la intervención de la presión francesa. Esto llevó a que existieran dos papas y territorios que obedecían a uno y otro.
Debido a lo insostenible de la situación se convocó en 1409 al primer Concilio de Pisa y luego en 1417, al concilio de Constanza donde finalmente se destituyó a todos los papas precedentes y se eligió al papa Martín V como único pontífice legal logrando unificar a la iglesia.
Pero de todos los papas que fueron destituidos hubo uno solo que no quiso renunciar. Se trataba de Benedicto XIII, el papa de Avignon, elegido en 1394.
Este papa era en realidad Pedro Martínez de Luna (1328-1424) de origen español quien a pesar de haber sido destituido y sin que ningún país le obedeciera se retiró con una pequeña corte al castillo de Peñíscola, en la provincia de Castellón dentro de la Comunidad Valenciana, haciéndose llamar como Benedicto XIII hasta que murió en 1424.
Dice la tradición que, inclusive, solía repetir en los pasillos de Peñíscola “Papa sum y XIII” lo que se considera el antecedente de “mantenerse en sus trece”.
Terquedad; obstinación; estar en sus trece; seguir en sus trece.
“Aun sabiendo que habrá un ciclón, se mantiene en sus trece e irá a cortar la madera en el bosque”. Se refiere en este caso a alguien que hará una tarea que puede serle peligrosa. La frase está conjugada.
“Es de mantenerse en sus trece, por eso no dejará su banca en el senado aun siendo acusado de corrupción hasta que se le haga un juicio político”. En este ejemplo, se usa con el sentido de un político aferrado a su cargo.
“Se encontraron ambos generales, y el del norte se mantuvo en sus trece frente a la estrategia a seguir, tanto que el del sur, se retiró”. Aquí, se aplica a la obstinación frente a una decisión bélica. La frase está conjugada.