“Chicotear los caracoles” es una frase popular que quien no conoce, se hace muy difícil de descifrar. En primer lugar porque chicotear es castigar o golpear con un chicote. Este es un látigo que tiene un mango de madera y una tira de cuero, que suele estar trenzada. Es habitual que se lo haga sonar al aire o en el suelo para instigar a los caballos para agilizar su marcha.
Lo segundo y más curioso de todo es que chicotear un caracol no solo supone algo imposible por su tamaño sino por su forma de andar, tranquila y cansina.
Sin embargo todo tiene una explicación.
Clase: frase coloquial constituida por un verbo infinitivo de primera conjugación (chicotear); un artículo masculino plural (los); un sustantivo masculino plural (caracoles).
La expresión popular de Chile “chicotear los caracoles” significa apurar a alguien para que haga algo, o que lo que está haciendo lo realice más rápidamente.
Sin dudas el juego de palabras entre chicotear y caracoles es una especie de contrasentido, debido a que apurar con un látigo a ese pequeño molusco que se mueve tan tranquilamente, parece hasta ridículo.
Y lo cierto es que tiene un sentido humorístico e irónico, desde su origen.
Se dice que esta locución nace cuando existían las antiguas carretas o carretelas como las llaman en Chile. Estos son vehículos altos de madera, con bordes que forman una especie de cajón sin techo. Tienen dos ruedas de madera grandes y son tirados por bueyes o caballos. Para que estos animales se apuraran en su paso se solía azuzarlos con un chicote.
Cuando llegó la era de los vehículos a motor y con ellos los de locomoción colectiva, llamados micros, se suponía que debían tener una cierta velocidad. Pero muchas veces no ocurría eso y los pasajeros urgían al chofer para que fuera más rápido diciendo, medio en broma, medio en serio, que chicoteara la yunta de caracoles que parecía ir tirando el coche. De este modo hacían alusión a lo que se hacía con los caballos pero debido a la lentitud se los comparaba con estos moluscos.
Esta frase es muy popular entre los chilenos, tanto que hace un tiempo atrás su Presidenta Michelle Bachelet, en una entrevista dijo textualmente: “Yo estoy chicoteando los caracoles haciendo alusión a que estaba monitoreando en persona la aplicación de los planes para conseguir acelerar la economía de Chile.
Apurarse, darse prisa; “meter pata” (Argentina); “traer chicoteando” (México).
“Cuando los encontró hablando con tanto trabajo por hacer, el gerente ni lo dudó y les exigió chicotear los caracoles”. Se refiere en este caso a apurar una tarea laboral.
“Está esperando hace tanto tiempo que se dirige a la secretaria para que chicotee los caracoles y lo atiendan de una vez”. Aquí, se aplica a que se apuren a atenderlo. La expresión está conjugada.
“A chicotear los caracoles, dijo el muchacho cuando vio que todos sus amigos estaban tirados descansando en el camping en vez de preparar el fuego para la comida”. En este ejemplo, se usa con el sentido de agilizar lo que hay que hacer.