Con la expresión “ser pololos” se hace referencia a una relación amorosa con un cierto nivel de formalidad. Sin embargo tiene el matiz de que no tiene futuro en el sentido de planear casamiento. Inclusive popularmente, se dice que el “pololo” o sea, el chico enamorado no es con el que la chica finalmente se va a casar.
Clase: frase coloquial formada por un verbo de primera conjugación en infinitivo (ser) y el sustantivo masculino plural (pololos).
La definición de la frase “ser pololos” originaria de Chile es tener una relación de pareja en exclusividad pero en la que no existe el compromiso de casarse, o la idea de que en el futuro se vayan a casar.
O sea que “ser pololos” no es lo mismo que “ser novios” ya que en este caso, se considera que hay un compromiso oficial en el que se realizó la ceremonia de la postura de argollas.
De este modo existe “el pololo” que es el chico enamorado; “la polola”, la chica; y el verbo “pololear” que significa entablar una relación romántica formal con otra persona, sin que por ello se considere formalmente la continuidad de esa relación en el futuro.
Si bien pareciera que estos términos son absolutamente inventados, no es así. Ya que “pololo” proviene del mapudungun “piulliu” que tiene por significado: mosca. De este modo se representa la imagen de novio alrededor de la novia, como la mosca a la fruta. De pololo, sí se desprendieron su femenino y el verbo.
En cuanto al origen de la palabra “pololo” existen varias versiones.
Una de ellas sostiene que es el nombre con que se conoce popularmente al escarabajo chileno de color verde brillante, “Sulcipalpus elegans”. Este insecto tiene la costumbre de acercarse a la luz, y por encandilarse se estrella contra ellas para volver a repetir nuevamente la acción. De la misma manera se dice que actúa un hombre cuando está embobado por una mujer. De allí apareció el verbo “pololear” para referirse al cortejo de las chicas solteras y casaderas y “estar pololeando” es la aceptación de la mujer para ser cortejada y aparecer en público con el hombre.
Este tipo de cortejo es un tanto antigua, ya que en la actualidad se utiliza “pololear”, “andar”, “atracar”, “poncear”, etc. para las relaciones amorosas que entablan entre los chicos y las chicas.
Otra de las versiones, parte del libro “Firme la Quinta” de Agustín Gutiérrez Valdivieso publicado en 1974, en donde se alude a otro posible origen. Con la Quinta se hace referencia a la Quinta Compañía de Bomberos de Santiago que decidió usar un emblema que consistía en una chapa de metal verde en la que estaba la imagen de un pololo.
Según Valdivieso, un tiempo después se pudieron ver esas chapas en las ropas de muchas bellas jóvenes de Santiago, entregadas como prenda de amor. De allí, sostiene este autor, aparecen “pololo” y “pololear” como palabras chilenas.
“Para ser pololos Miguel y yo, tiene que pasar un milagro, dijo la chica a sus amigas”. En este ejemplo, se usa con el sentido de alguien que no quiere tener una relación amorosa.
“Tanto ir y venir con el chico a todos lados, van a terminar siendo pololos”. Aquí, se aplica a la posibilidad de que se inicie una relación. La frase está conjugada.
“Suelen ser pololos los que vienen al bar a esa hora- dijo el propietario. Se refiere en este caso a parejas que concurren a un lugar a beber algo.