La palabra ateo proviene del latín. Deriva del adjetivo atheus, athea, atheum y éste a su vez proviene del griego θεος (pr.atheos) que está formado por α (pr.a, con el significado de separación del exterior de un límite, privación) y θεος (pr.theos dios). Por tanto, su concepto es que está privado o sin dios.
Clase: adjetivo, masculino // a- femenino, singular.
La única definición dada por la Real Academia Española es “que niega la existencia de Dios”
En sentido amplio se puede llamar así a la persona que no cree en ningún dios o deidad ni en otros seres sobrenaturales. En sentido más estricto, se refiere a quien sostiene la inexistencia de deidades, o también a quien adhiere a la posición que rechaza la creencia en la existencia de, al menos, una deidad.
En Grecia Antigua este término tenía el sentido de no creer en los dioses o de ser abandonado por los dioses, y también se extendía a aquél que era malvado, infame, desgraciado.
En Roma Antigua, designaba a todo el que no creyera en los dioses correspondientes al panteón romano.
Con el tiempo y a partir de la aparición y propagación de las distintas religiones en el mundo, la etimología de este término tomó otra significación ya que no parecía equitativo denominar ateos a quienes no creían en cierto dios, por lo cual el término se limitó a quienes no creyesen en ningún dios.
Incrédulo, antirreligioso, impío, descreído, escéptico, irreligioso; gentil, pagano, hereje, infiel.
Creyente, religioso, pío; místico, devoto, practicante.
“En esa familia tan creyente, tener un hijo ateo, se consideraba un castigo divino”. Se refiere en este caso, a la persona que no cree en ningún dios.
“La acusaron de atea, sin embargo, ella se defendía diciendo que creía en dios pero no en el dios que ellos le querían imponer”. En este ejemplo, se usa con el sentido de creer en un dios que no es el mismo que el de otros. El adjetivo está en femenino.
“En el pueblo se recuerda el día en que fueron echadas cientos de familias acusadas de herejes y ateas, por no profesar el cristianismo”. Aquí, se aplica refiriéndose a la segregación y condena producto de no pertenecer a determinada religión. El adjetivo está en femenino y plural.