La palabra emanar tiene su origen en el latín. Proviene de emano, emanare, emanavi, emanatum. Este verbo está compuesto por el prefijo e- / ex- que significa de, desde, separación del interior, y el verbo mano, manare, manavi, manatum con el significado de manar, fluir, brotar.
Puede considerarse, entonces como su concepto etimológico manar o fluir de, provenir o derivarse de algo, difundirse.
Clase: verbo, infinitivo, 1era conjugación.
Para la Real Academia Española su definición es. “proceder, derivar, traer origen y principio de algo de cuya sustancia se participa”; “dicho de una sustancia volátil: desprenderse de un cuerpo”; “emitir, desprender de sí”.
La Enciclopedia Universal define a este vocablo como: “(de) intr. Ser una cosa causada por otra determinada, en la que en cierto modo estaba contenida, o tener en ella su principio […]”; “(de) salir un olor, una sustancia volátil o una radiación de cierto cuerpo […] (de) También se aplica a cosas no materiales, como simpatía, antipatía, alegría, etc. […]”; “en lenguaje corriente se emplea como transitivo”.
Para la filosofía neoplatónica, a partir de la totalidad divina o Uno Primordial, emana al alma de cada ser humano y al mundo entero. Esta doctrina denominada emanatismo, emanantismo o emanacionismo es atribuida a Plotino y Proclo.
Esta filosofía se diferencia de la de la creación en que en ésta Dios es el creador del universo, pero sus criaturas no son de su misma naturaleza. En la emanación, los seres humanos son co-partícipes del mismo origen que el mismo Dios, sin diferenciación entre lo originado y el origen.
Asimismo en el emanacionismo no se toma como fundamental la voluntad de Dios, sino que, el ser humano al ser parte descendiente de Él, tiene una condición derivada pero no querida. Agregando además que el todo y la parte son intercambiables, lo que conlleva a que el ser humano es un pequeño microcosmos infinito.
Derivar, resultar, proceder, nacer, salir, provenir, dimanar, brotar, surgir; irradiar, exhalar, fluir, desprender, emitir.
Retener, contener, absorber.
“Su rostro apacible y bondadoso y sus ojos cristalinos emanan un amor incondicional a todos con quienes se cruza”. Aquí, se aplica a alguien que irradia amor. El verbo está conjugado.
“Del agua que sale de esa vertiente se ve emanar un vapor agridulce que deja embelesados a todos los visitantes del lugar”. En este ejemplo, se usa con el sentido de una sustancia gaseosa con una fragancia particular.
“Estudiando la Kábbalah comprendió el principio de que entre lo divino y el mundo material hay sucesivas entidades espirituales que han sido emanadas de manera descendente y jerárquica”. Se refiere en este caso a su aplicación en una teoría metafísica. El verbo está conjugado.