El término moraleja proviene de moral y éste del latín: moralis, morale (ver juicio moral).
A esa raíz se le añade en español el sufijo –eja que tiene un matiz despectivo en muchos sustantivos y adjetivos diminutivos. Concepto que no se aplica en este caso.
Clase: sustantivo, femenino, singular
La definición de esta palabra es la enseñanza o lección que se deduce de una fábula, ejemplo, un cuento, una anécdota, inclusive de la propia experiencia que pretende que se conozca lo que se valora como moral. Aparece al final de una narración ficcional o de un relato. Su finalidad es didáctica, o sea enseñar los vicios y las virtudes, lo que se debe o se puede realizar y lo que no; lo que se puede apreciar en la conducta del ser humano que sea considerado como valioso y lo opuesto, lo que se considera despreciable o al menos, incorrecto.
Esta manera de expresar facilita que el lector u oyente se dé cuenta por sí mismo de lo que se ha escrito en el relato y qué principio moral o ético subyace a lo que se ha leído o escuchado.
En la Literatura, se pueden encontrar estas enseñanzas en las fábulas, por ejemplo. Estos relatos breves cuyos personajes son cosas inanimadas o animales finalizan con una conclusión que deja en claro el paradigma moral al que adscribe su autor. Esto también está facilitado a través de la elección de personajes característicos que por un lado, eliminan la complejidad de las personalidades y a su vez facilita la transmisión del mensaje.
Algunas fábulas de Félix María de Samaniego tienen como moraleja la codicia, la avaricia y la generosidad como en “La Gallina de los huevos de Oro”; la soberbia contra la humildad en “La codorniz”; la astucia y la prevención en “La Cierva y el León”; la soberbia contra la humildad en “La lechera”. O en las de Esopo donde se trata sobre los amigos aduladores en “Los dos escarabajos”; consecuencias de hacer el mal en “La pulga y el hombre”; provocación a quienes tienen poder en “El león preso y el labrador”, entre otros muchos relatos.
No obstante, en otro tipo de relatos, puede ocurrir que no se deje explicitada esta sentencia, sino que se den las pautas para que quien la lee o escucha puedan extraer la conclusión. Actualmente no se utiliza el término moraleja y si se lo hace es con finalidad irónica. Se sustituye por consejo, principio moral, máxima.
Enseñanza, lección, máxima, consejo.
“Luego de haber leído la fábula en la escuela, el pequeño le comentaba a todos sus familiares lo que quería decir su moraleja”. Se refiere en este caso a recodar y entender lo que se ha escuchado.
“Recibió el primer premio de Literatura por su libro ‘Poemas con moraleja’ que escribió a lo largo de cinco años”. En este ejemplo, se usa con el sentido de sentencias escritas en verso.
“Una vez que terminó de contar lo que había sucedido dijo ante el auditorio que la moraleja de lo ocurrido estaba más clara que el agua”. Aquí, se aplica a alguien que saca una conclusión moralizante de algún hecho real.