La palabra vehemencia tiene su origen en el latín. Deriva vehementia, vehementia que a su vez proviene de vehemens, vehementis para significar una persona apasionada, enérgica, rigurosa y hasta severa. La forma antigua de este término es vemens, que estaría formado por ve- que es un prefijo que significa alejado de o fuera de y mens, mentis cuyo significado es mente. Con el tiempo popularmente, como no se utilizaba mucho ve- , se asociaba el vocablo con estados de arrebato donde las personas eran llevadas o transportadas fuera de sí por sus emociones, se lo comenzó a asociar con el verbo veho, vehere, vexi, vectum (transportar, arrastrar, ser llevado). De ahí tomó el concepto de quien tiene la mente arrebatada o persona impetuosa.
Clase: sustantivo, femenino, singular.
La Real Academia Española da como su definición “cualidad de vehemente”. Definiendo a vehemente como “que tiene fuerza impetuosa”, “ardiente y lleno de pasión”; “dicho de una persona: que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos”.
Por su parte el Diccionario del español usual en México por Luis Fernando Lara, la define señalando: “actitud de manifestar con pasión o con gran fuerza un sentimiento incontrolable por su intensidad […]”.
Este término lleva implícito apasionamiento y compromiso frente a determinada situación, idea, postura. En algunos casos tomado positivamente ya que puede significar un verdadero compromiso ideológico con algo. Pero también tiene una vertiente negativa si está expresando impulsividad.
Ímpetu, entusiasmo, intensidad, arrebato, energía, empuje, pasión; violencia, furor, ira; acometida.
Indiferencia, flema, frialdad, ecuanimidad, tranquilidad, serenidad.
“Ni lo pensó y ante la injusticia producida se enfrentó a los agresores con vehemencia”. Aquí, se aplica a alguien que reacciona impetuosamente.
“Las imágenes elegidas para la compaña en contra del tabaco son de tal vehemencia que están surtiendo efecto entre muchos fumadores”. Se refiere en este caso, a imágenes intensas.
“La vehemencia de sus palabras fue tal que nadie osó a contradecirlo y menos a contestarle”. En este ejemplo, se usa con el sentido de una persona que dice algo con una pasión irrefrenable.