La palabra jugar se origina en el latín. Proviene de iocor, iocaris, iocari, iocatus sum con el significado de realizar algo con alegría, jugar.
El pronombre “se” procede también del latín, y va acompañado de otro pronombre tal como “la” o “lo”, su procedencia es de ille, illa, illud que tiene por concepto: aquel.
Clase: locución formada por un infinitivo (jugar), un pronombre personal de tercera persona (se) y por otro pronombre personal de tercera persona femenino, función objeto directo (la).
La primera definición de esta locución es arriesgarse mucho en la realización de algo, con todas las consecuencias que podría acarrear.
Esto implica que siempre que alguien “se la juega” asume todos los riesgos que desencadene esta acción que realiza. Muy utilizado en el periodismo deportivo, se puede ver, leer o escuchar, muchas veces, para comentar alguna jugada de riesgo realizada por ejemplo, en un partido de fútbol. Esto puede ser realizado por un delantero que efectúa un movimiento riesgoso en el sentido de pasar casi al ras de otro jugador contrario, corriendo el riesgo de que se le cobre falta, o viceversa, que el defensor saque una pelota a riesgo de que se le cobre un penal.
Pero no solamente en comentarios de fútbol se puede encontrar esta expresión, sino también en el automovilismo cuando un auto pasa a otro “jugándosela” a toda velocidad para quedar en punta. Quizá sea habitual el hecho de utilizar esta expresión en el deporte en general, porque el deporte “se juega” y “jugársela” implica llevar ese juego hasta el final, hasta las últimas consecuencias para ganar.
Por otra parte, esta expresión se aplica también en el ámbito amoroso. Es el acto mediante el cual un hombre o también una mujer se arriesga a decirle a la persona de la que gusta o está enamorada, lo que siente. Y esto se considera un riesgo porque muchas veces, no se está seguro de que la otra persona sienta lo mismo.
Tradicionalmente, se dice que los hombres “tienen que jugársela” con respecto a la mujer, ya que son los que históricamente, han dado el paso de manifestar sus sentimientos y era la mujer quien tenía en su poder el decir sí o no, sin dar demasiadas explicaciones.
Actualmente, este trance también ha sido asumido por la mujer, que en muchas ocasiones se atreve a decirle al hombre lo que siente, sin vueltas y sin disimulo. Asimismo, en la actualidad, hay muchas mujeres que se quejan de que los hombres no se atreven a encararlas. Mientras que los hombres dicen que no lo harán si la mujer en cuestión, no les da una mínima seguridad de que no va a ser rechazado.
Otra acepción de esta locución es realizar una acción mediante la cual se perjudica a alguien. En este caso, significa comportarse con alguien de manera desleal.
“Jugársela en el último minuto con un rápido contraataque, el equipo de básquet local le ganó al visitante”. En este ejemplo, se usa con el sentido de arriesgarlo todo en un deporte.
“Le prestó su casa para que veraneara pero su amigo se la jugó muy mal dejándosela sucia y con roturas varias”. Se refiere en este caso, a una acción que perjudica a otra persona. La expresión está conjugada.
“El chico frente a sus amigos ha dicho que se la va a jugar y le dirá a la más linda e inteligente del curso que él está enamorado de ella”. Aquí, se aplica a arriesgarse en el amor.