La palabra sabiduría proviene del latín. Deriva de sapientia, sapientiae que además del anterior significado en español, es inteligencia, juicio, sensatez, cordura, prudencia, filosofía y saber. Precisamente en latín esta palabra procede del verbo sapio, sapis, sapere, sapivi/sapui/sapii que originalmente significó tener sabor, saborear, tener buen gusto y también saber y tener sensatez, sentido común para juzgar las cosas.
Puede considerarse entonces, como el concepto etimológico de este término la sensatez, la prudencia para saber juzgar.
Clase: sustantivo, femenino, singular.
La primera definición de este vocablo, relacionada con su etimología es la conducta atinada, ecuánime, sensata en la vida. Por extensión es también el conocimiento profundo de lo que acontece en la existencia de todo ser, a nivel individual, grupal y universal.
En algunos diccionarios se denomina también de esta manera al conjunto de conocimientos de alguna ciencia, letra o arte que se ha adquirido a través de la experiencia y de estudios.
Pero en realidad la persona sabia no tiene que ver con los conocimientos adquiridos, sino que tiene que ver con el poder de interiorización, silencio y observación.
Para ser sabio solo se necesita el silencio interior que permite acallar todo pensamiento para poder fundirse interior y exteriormente con lo que se observa, de tal modo de poder “captar” lo esencial de cada objeto, cosa o situación.
En ese sentido es más cercana otra de las definiciones de esta palabra que se refiere al conjunto de saberes que la humanidad ha adquirido. Ya que en éstos se pueden incluir todos aquellos conocimientos fundados en prácticas ancestrales, de contacto y conocimiento de la naturaleza, de la vida y la muerte, entre otros temas, de muchos pueblos antiguos, como los indígenas americanos o los griegos. En este sentido, no hay una formación sistematizada, sino una guía para un conocimiento holístico por parte del individuo.
Pero también se suele definir a este vocablo como una facultad que se desarrolla al aplicar la inteligencia en la propia experiencia. De este modo se sacan conclusiones que facilitan la reflexión y otorgan un mayor entendimiento frente a lo que se vive, permitiendo discernir lo bueno, la verdad, etc.
Por otra parte, para algunos psicólogos la sabiduría se diferencia de toda habilidad cognitiva, ya que es un rasgo que se desarrolla por experiencia pero que no es enseñado.
En Ciencias de la Información este vocablo se ubica en el vértice de la pirámide cuya base son los datos, luego la información, el conocimiento y finalmente la sabiduría.
Erudición, sapiencia, maestría, conciencia; doctrina.
Ignorancia, incultura, necedad, desconocimiento, ineptitud.
“Ante cualquier problema que tienen en la familia, nadie duda en planteárselo al abuelo, cuya sabiduría es reconocida por todos”. En este ejemplo, se usa con el sentido de que es común que las personas de edad sean sabias.
“Luego de leerlos están poniendo en práctica los Cuatro Acuerdos de la sabiduría tolteca: ser impecable con las palabras; no tomarse nada personalmente; no hacer suposiciones; hacer siempre lo máximo que pueda:”. Se refiere en este caso a las cuatro enseñanzas de esta cultura.
“Aun siendo tan pequeña, dio muestras de sabiduría al decir ante todos los vecinos que ningún ser humano que tenga corazón puede tirar un perrito que a la calle como si fuera una cosa”. Aquí, se aplica a práctica de esta facultad, independiente de toda edad.