“Tragarse un sapo” de por sí suena a algo realmente desagradable o casi imposible debido a su piel fría, áspera y cubierta de glándulas que echan un líquido irritante y tóxico. Sin embargo desde el punto de vista connotativo es muy habitual que toda persona en algún momento de su vida haya tenido que tragarse un sapo.
Clase: frase popular formada por un verbo pronominal de la primera conjugación en infinitivo (tragarse); un artículo indefinido masculino singular (un) y un sustantivo masculino singular (sapo).
La definición de “tragarse un sapo” frase popular muy utilizada en Argentina y hace unos años en México, es: una circunstancia o una acción muy desagradable, que genera mucho fastidio y rabia y que sin embargo no queda otra alternativa que aceptarla. Esto puede suceder tanto en la vida pública de una persona, en la afectiva, laboral, universitaria, etc. No hay ámbitos en donde el sapo no pueda ser tragado.
La clave de esta frase es que se acepta o se hace algo que no gusta para nada, es más, quizá algo con lo que no se está de acuerdo. Así una chica puede comentar que su novio le dijo que salía con sus amigos pero que ella no se traga ese sapo. Quiere decir que no le cree aunque no queda claro qué hará al respecto.
Aunque a veces en otras circunstancias puede suceder que la persona es consciente de que está tragándose un sapo y lo acepta. Como puede suceder con un empleado al que su jefe le dice que si hace ese trabajo que es el que nadie quiere hacer, él hablará con el gerente para que le aumenten el sueldo. Pero el empleado sabe que su jefe nunca hablará a su favor, porque siempre le dice lo mismo y no lo hace. Sin embargo, aceptará tragarse el sapo antes de ponerse en contra a su jefe, lo que sabe que podría costarle el puesto.
Por último, están quienes suelen “tragarse un sapo” más de una vez y nunca se enteran. Sino que son los demás quienes lo detectan. Como puede ser el comentario que hace la familia frente a la sociedad que tiene uno de los hijos. Donde su socio siempre saca más porcentaje que él de ganancias, y él ni se da por aludido.
Este dicho es muy usual escucharlo con referencia a los políticos o a la política en general. Debido al intento de que se acepten medidas que no son del agrado de la mayoría. O prometiendo políticas que se sabe no van a cumplir.
Esta frase es netamente popular, nacida de la observación de la gente. Ya que realmente “tragarse un sapo” es una misión imposible. O quizá también de la burla frente al cuento en que la princesa besa al sapo y se convierte en príncipe. Aquí el sapo queda sapo y encima adentro de uno causando una terrible indigestión emocional.
“Se plantó delante de su jefe y le dijo que no va a tragarse un sapo como el que acaba de ofrecerle”. Se refiere en este caso a alguien que detecta lo que le están haciendo.
“El presidente dijo a sus colaboradores que él no se traga sapos así que no va a firmar ese decreto”. En este ejemplo, se usa con el sentido de detener la acción. La frase está conjugada.
“Sus amigas van a decirle que se fije bien porque está a punto de tragarse un sapo”. Aquí, se aplica a llamar la atención a alguien sobre lo que le está ocurriendo.