La palabra expiar proviene del latín. Procede del verbo expio, expiare, expiavi, expiatum, formado por el prefijo ex (separación del interior o sacar de una situación) y la raíz del adjetivo pius, pia, pium cuyo significado es virtuoso, puro, justo, honesto, piadoso, respetuoso de los deberes para con los dioses, la familia, la patria, etc. Por lo tanto, se puede considerar que el concepto original de este vocablo es convertirse en virtuoso purificándose, reparando el daño.
Clase: verbo, infinitivo, 1era conjugación.
Para la Real Academia Española su definición es: “borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio”; “purificar algo profanado, como un templo”.
Por extensión se aplica a “dicho de un delincuente: sufrir la pena impuesta por los tribunales”; “padecer trabajos a causa de desaciertos o malos procederes”.
En el ámbito de la Religión tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento es el sacrificio que realiza el hombre luego de haber pecado para restablecer la comunión con Dios.
Limpiar, enmendar, reparar; purgar, purificar; pagar; desagraviar; sufrir, padecer.
Premiar, culpar, pecar.
“Expió su feroz crimen con cadena perpetua en el penal del fin del mundo”. Aquí se aplica a cumplir una pena por lo que se ha hecho. El verbo está conjugado.
“Para expiar la ofensa que había realizado a toda su familia, les entregó todo el dinero recibido en la indemnización laboral”. En este ejemplo se usa con el sentido de enmendar una acción entregando dinero por ella.
“Todos los feligreses de esa iglesia expiarán el altar profanado en los días de revuelta civil”. Se refiere en este caso a reparación y desagravio. El verbo está conjugado.