¿Qué es a palabras necias, oídos sordos?

a palabras necias oídos sordos

El término palabras proviene del griego a través del latín. En efecto, llega al español a través de parabola, parabolae, vocablo latino que se ha tomado del griego παραβολή, παραβολῆς    (pr.parabolé, parabolés) formado por παρα(pr. para) cuyo significado es al margen de y  βολη (pr. bolé) establecer un paralelo entre, comparar.

El vocablo necias se origina también en el latín. En efecto, proviene de nescius, nescia, nescium, adjetivo relacionado con el verbo nescio, nescire, nescivi, nescitum que significa no saber, ignorar. Este verbo a su vez es la negación del verbo scio, scire, scivi o scii, scitum cuyo significado es saber, estar instruido, tener conocimiento teórico o práctico de algo.

Por lo tanto se puede considerar como el concepto etimológico de este vocablo el que no sabe, ignorante.

En cuanto a la palabra oídos también tiene su origen en el latín. Deriva de auditus participio del verbo audio, audire, audivi, auditum que significa oir.

El término sordos también proviene del latín. Deriva del adjetivo surdus, surda, surdum cuyo concepto es sordo, que no oye, que no se oye, aplicado a los sonidos que no tienen claridad y sonoridad, más tarde se emplea para designar a quien no percibe bien esos sonidos.

Clase: locución formada por preposición (a); sustantivo, femenino, plural (palabras); adjetivo, femenino, plural (necias); sustantivo, masculino, plural (oídos) y un adjetivo, masculino, plural (sordos).



Definición de a palabras necias oídos sordos



La Real Academia Española da como definición de palabra, entre otras: “segmento del discurso unificado habitualmente por el acento, el significado y pausas potenciales inicial y final”, “facultad de hablar”.

Define a necio/necia de acuerdo a su etimología: “ignorante y que no sabe lo que podía o debía hacer”. Agrega además: “imprudente o falto de razón”; “terco y porfiado en lo que hace o dice”; “dicho de una cosa: ejecutada con ignorancia, imprudencia o presunción.

A oído como el “sentido corporal que permite percibir los sonidos”; “cada uno de los órganos que sirven para la audición”.

Y a sordo como “que no oye, o no oye bien”; “callado, silencioso y sin ruido”.

En cuanto a la locución el Diccionario de dichos y refranes 2000 señala: “aconseja no prestar atención a los comentarios poco inteligentes. Así Aristóteles, a quien como una vez cierto ciudadano que hablaba por los codos viniese a pedirle perdón por tanta verborrea, le dijo el filósofo: ‘Hermano, no tenéis de qué pedirme perdón, pues pensaba en otras cosas y no os he escuchado una sola palabra’. Ordinariamente se utiliza para responder al insulto y al improperio.”

Esta expresión se considera un refrán que es un  “dicho sentencioso de uso común” (DRAE), popular y por lo general anónimo que conlleva en sí la advertencia de algo

Ejemplos de uso y frases

“La mujer soportó todo el día que el muchachito le hablara sin parar, cuando el chico se fue, lo primero que comentó es que no necesitó nada de paciencia para eso, ya que a palabras necias, oídos sordos”. Se refiere en este caso, a alguien que habla tantas cosas sin importancia que su interlocutor ni lo escucha.

“Nadie le había pedido su opinión, sin embargo la dio con lujo de detalles y bastante críticamente, cuando terminó el discurso preguntó a su interlocutor si le había entendido ya que no había dicho nada, y éste le respondió: ‘-es que a palabras necias, oídos sordos’”. Aquí, se aplica a alguien que prefiere no opinar ni decir nada ante las opiniones de los demás.

“Ante los insultos recibidos, no tuvo ninguna reacción, por eso quienes estuvieron presentes en el incidente le preguntaron por qué no había dicho nada y él muy seguro respondió que “a palabras necias, oídos sordos”. En este ejemplo, se usa con el sentido de alguien que no reacciona ante una agresión verbal por no considerarla importante.