El término apnea proviene del griego, de la palabra ἄπνοια(pr. apnoia). Este vocablo está formado por la partícula privativa ἄν (pr. an) cuyo significado es no, y la raíz derivada del verbo πνέω (pr.pnéo) primera persona del singular presente, que significa respirar.
Puede considerarse su concepto etimológico, entonces, como el no respirar.
Clase: sustantivo, femenino, singular.
De la etimología de este vocablo se infiere su definición que es el paro transitorio de la respiración; o también se la puede definir como la cesación o falta de respiración. Se considera como cesación la falta total de respiración de por lo menos 10 segundos de duración. No obstante se pueden clasificar en breves que no continúan más de 15 segundos que no son graves y solamente son fisiológicas. Y las superiores que superan a los 20 segundos y se considera que tienen una causa patológica tal como hipoglucemia, infección grave, etc.
Algunos tipos de apnea son: la obstructiva en la que se produce la no respiración con movimientos del tórax y el abdomen; la central donde la no respiración se produce con ausencia de esos movimientos; y la mixta que comienza como la central y termina como obstructiva.
Asfixia, falta, suspensión.
Respiración.
“Lo que más le ha costado en el curso de buceo ha sido conseguir una apnea de cierta duración”. Se refiere en este caso a la técnica utilizada en deportes subacuáticos.
“Debido a una obstrucción ocasionada por un bocado demasiado grande, el pequeño sufrió una apnea, y gracias a la rapidez de su madre pudo volver a respirar”. En este ejemplo se usa con el sentido de suspensión obstructiva.
“En la enseñanza del arte marcial, el profesor está integrando técnicas de respiración con apnea del yoga y del budismo zen”. Aquí se aplica refiriéndose a la utilización de esta metodología como una práctica respiratoria.