En la actualidad, y en muchos países del mundo se puede aplicar la frase “los mismos perros pero con distinto collar” en cuanto se refiere a la clase política. Ya que si bien existen diferentes partidos, siempre son las mismas personas que se turnan en los puestos, desde presidente hasta legisladores. De este modo, muchos hechos de corrupción que han ocurrido en un gobierno, el siguiente, asegura investigarlos. Sin embargo todo queda en promesas porque son siempre los mismos que se ayudan y cubren entre ellos. O sea los mismos perros pero con diferente collar.
Clase: frase coloquial formada por: artículo determinado masculino plural (los); pronombre indefinido en función adjetiva masculino plural (mismos); sustantivo masculino plural (perros); conjunción adversativa (pero); preposición (con); adjetivo masculino singular (distinto); sustantivo masculino singular (collar).
La definición de “los mismos perros pero con distinto collar”, de uso habitual en España y algunos países de Latinoamérica, hace referencia a la desilusión que se tiene cuando existe alguna aparente modificación o cambio de una situación, y en realidad se mantiene los mismos vicios y desviaciones que se intentaban eliminar.
Generalmente se aplica a grupos de personas que dirigen o tiene a su cargo alguna entidad o algún tipo de responsabilidad. Por eso se suele aplicar a la clase política en general, pero también se puede referir a todo tipo de situación en la que se promete cambiar algo, cambiando a las personas pero aunque esto ocurre, las cosas siguen igual o peor.
Así se puede escuchar en el ámbito de una empresa, sobre todo las estatales; de la administración pública; del área bancaria, educativa, hasta en el área de la administración de un consorcio.
En cuanto al origen de “los mismos perros pero con distinto collar” existen dos versiones:
Una de ellas sostiene que esta frase fue dicha por el rey Fernando VII de España (1784-1833). En Madrid existía una milicia popular que defendía la causa revolucionaria. En 1820, esa milicia fue disuelta por el absolutismo y se formó otra defendiendo a éste.
Se cree que Rey Fernando VII pasó revista al nuevo ejército y descubrió entre sus filas a muchas caras que había visto en la milicia liberal, y que fue entonces que comentó: “A lo que veo son los mismos perros con distintos collares”.
No obstante algunos estudiosos sostiene que esta frase no fue dicha por el rey sino por sus cortesanos que la hicieron popular en esa época.
La segunda versión se encuentra en “El Grande Oriente”, uno de los Episodios Nacionales que escribiera Benito Pérez Galdós en 1876. Allí se comenta que esta frase fue dicha por algunos de los cortesanos de Fernando VII, cuando este realizó un cambio de ministros de gabinete que representaban las mismas ideas e indecisión que el anterior.
“Cuando el presidente comenzó a nombrar los reemplazos de su gabinete todos pensaron que eran los mismos perros pero con distinto collar”. Aquí, se aplica a las mismas personas en puestos de gobierno.
“El hombre dice que no irá a hacer ningún reclamo al nuevo directorio porque son los mismos perros pero con distinto collar”. En este ejemplo, se usa con el sentido de que no tiene sentido pedir algo a nuevas autoridades si tienen las mismas ideas que las anteriores.
“Cuando se proclamaron las nuevas autoridades de la asamblea no faltó quien dijera que eran los mismos perros pero con distinto collar”. Se refiere en este caso a una asamblea.