“Ser el último orejón del tarro” es ser dejado de lado en algo, sentir que nadie se fija en esa persona ni le importa. En general esta frase la utiliza el damnificado como una queja de lo que siente frente a alguna situación. Pero también puede escucharse en boca de otras personas que opinan sobre lo que le ocurre a una persona frente a determinado contexto.
Clase: frase popular formada por un infinitivo (ser); un artículo masculino singular (el); un adjetivo masculino singular (último); un sustantivo masculino singular (orejón); una contracción (del) y un sustantivo masculino singular.
La definición correspondiente a “ser el último orejón del tarro”, frase oriunda de Argentina y Uruguay se refiere a toda persona que considera que se siente postergada, que la han discriminado o que no la han tenido en cuenta tal como ella considera que se debía.
Normalmente tiene un sentido de amarga queja frente a alguna cuestión que quien lo dice siente que no se puede modificar.
Así “ser el último orejón del tarro” en un trabajo, por ejemplo, es quien a pesar de esforzarse siempre por cumplir, llegar a horario, no faltar, hacer todo correctamente, cuando llega un ascenso no se lo tiene en cuenta.
En una familia es aquel que siente que nunca se le pregunta ni se lo consulta para tomar decisiones. Aunque a veces, es muy común, que se utilice en una ocasión trivial como puede ser que un hijo haya pedido permiso a su madre para salir esa noche. Y el padre al enterarse diga indignado que es evidente que es el último orejón del tarro porque él también tendría que haber sido consultado.
Cabe aclarar que esta frase, además de ser emitida por el que se queja, puede ser dicha por quienes ven la situación de otra persona que consideran desplazada o que no se le presta atención.
En cuanto a su origen, es una frase nacida de la experiencia diaria. Para comprenderla es necesario saber qué quiere decir orejón y por qué ser el último en un tarro es ser dejado de lado.
En primer lugar, el orejón son pedazos de durazno, damasco u otras frutas que se secan al sol para que se conserven por más tiempo. La forma que les queda es la que les da su nombre, ya que muchos de ellos se parecen a orejas grandes. Una vez desecados se colocan en un recipiente, normalmente frascos de vidrio para ser comercializados o guardados en el hogar.
El hecho es que los frascos son de boca estrecha, por esa razón el último que queda es realmente muy difícil de sacar. Quedando muchas veces en el fondo del tarro o frasco por mucho tiempo porque nadie consigue tomarlo. Y es por lo tanto, el último en ser elegido.
“Comentaban sus amigos que el hombre nunca pudo evitar ser el último orejón del tarro entre los hermanos”. Aquí, se aplica a alguien que no es tenido en cuenta familiarmente.
“Se queja de que es el último orejón del tarro en el equipo porque nunca le pasan la pelota”. En este ejemplo, se usa con el sentido de alguien que protesta de que no lo dejan participar en un deporte. La frase está conjugada.
“No voy a tolerar ser el último orejón del tarro –gritó la actriz enojada porque no le habían consultado sobre el cambio de horario de la grabación”. Se refiere en este caso, a quien se siente desplazada en una decisión.