La palabra depresión viene del latín “depressio”, la cual tiene significados como opresión, abatimiento y encogimiento. Es utilizada dentro de la psiquiatría para referirse a un trastorno ya sea permanente o transitorio del estado de ánimo.
Se puede decir que la depresión es el nombre que se le da a un estado de tristeza o melancolía permanente, en el cual la persona afectada se siente infeliz, culpable, derrumbada, abatida e incapaz de hacer algo. Esta enfermedad puede ser grave si no se trata a tiempo.
La depresión clínica es una enfermedad que afecta el estado de ánimo de las personas y puede aparecer a cualquier edad, en cualquier raza y sexo. Problemas para dormir, irritabilidad, falta de energía y aumento o pérdida de peso son algunos de los síntomas más comunes.
A lo largo de nuestra vida pasamos por momentos complicados, en los que la tristeza y la melancolía se hacen presentes. Esto es algo totalmente natural y lo sienten todas las personas, igual que con otro tipo de sentimientos como lo son la alegría y el miedo.
El problema comienza cuando la tristeza deja de ser una emoción pasajera y se convierte en algo constante, que además está acompañada de otros sentimientos y malestares físicos como el decaimiento, malestar, frustración hacia la vida, etc. Es entonces cuando aparece la depresión.
Aunque todos estamos expuestos a padecer esta enfermedad, son muchos los factores que pueden desencadenarla en una persona, entre los que se encuentran los biológicos, psicosociales y genéticos.
Un evento muy estresante por el cual está pasando una persona o algo que cause mucha infelicidad, son algunas de las cosas que pueden desequilibrar el estado emocional y desencadenar esta enfermedad en alguien.
También hay personas que están predispuestas de desarrollar este problema por el tipo de ambiente familiar en el que cresen. Aunque también esto se puede deber a los genes, no necesariamente son los causantes de la depresión que hay entre padres e hijos.
Lo cierto es que los desencadenantes de esta enfermedad pueden ser muy variados dependiendo de la persona que la padezca. Los dolores crónicos, el fallecimiento de un ser querido, una relación fallida, etc. Estos pueden ser los causantes de la depresión. La drogadicción y el alcoholismo pueden ser derivados de la depresión.
Además de esto son varias las formas en que se puede padecer de esta enfermedad, como por ejemplo el trastorno disfórico premenstrual (TDP), el trastorno afectivo estacional (TAE), trastorno depresivo persistente, etc.
Aunque la depresión es un problema serio que puede ser peligroso si no se trata a tiempo, actualmente se cuenta con profesionales que por medio de tratamientos ayudan a combatir esta enfermedad de manera exitosa. Dependiendo de la gravedad del caso, también se suelen usar en combinación con la terapia, fármacos capaces de controlar este trastorno.
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