No es habitual en la actualidad escuchar a alguien que diga “andá que te cure Lola” ya que esta frase se ha ido perdiendo. No obstante queda claro al interlocutor que se trata de una manera de apartarlo, de que se vaya a otro lado con lo que está diciendo. Normalmente usado para “sacarse de encima” como dicen los uruguayos y los argentinos a quien viene a molestar con quejas, o con sus problemas. Y que por más que se le brinde soluciones, nunca está conforme con la propuesta, de tal modo que se pone tan “pesado” que se lo termina enviando a que lo cure Lola.
Clase: expresión popular formada por un verbo conjugado en segunda persona del singular -vos- del modo imperativo (andar); un pronombre relativo (que); un pronombre personal función objeto (te); un verbo en tercera persona del singular del presente del modo subjuntivo (curar); un sustantivo propio (Lola).
Pero si bien esta expresión fue muy utilizada desde principios del siglo XX hasta casi los años 1960 aproximadamente, en Uruguay y Argentina, su origen se remonta a España. Cuando alguien sufría algún tormento pedía la ayuda de la Virgen de los Dolores. Entonces a todo aquel que pedía que se lo atendiera de manera insistente o se quejaba de algún dolor que tenía, el que estaba harto de escuchar siempre lo mismo, terminaba mandándolo a pedirle auxilio a la Virgen de los Dolores. Esto es, lo mandaba a que lo cure Lola, ya que así se nombraba a la Virgen en el ámbito familiar.
No se perdió ese sentido, pero en el Río de la Plata, se le agregó cierta ironía aplicándolo a las personas que son quejosas o a las que nada les viene bien, o que todo les molesta.
De este modo, los lingüistas consideran que es un dicho de cierta irreverencia con respecto al catolicismo. Ya que además de nombrar a la virgen de los Dolores, familiarmente: Lola, se le pide no por algún contratiempo o enfermedad sino que se le envía una persona a la que a nadie le interesa atender.
Existen otras frases que se usan con la misma intención, pero quizá la más emblemática, en la que aparece con mentirosa amabilidad una ayuda suplente es: “andá que te cure Hortensia, que Lola está de licencia”. Y otra frase que se ha escuchado mucho también es: “andá cantarle a Gardel”, haciendo alusión al cantante de tangos Carlos Gardel.
Tan fuerte fue esta frase en su momento que también es el título de una milonga escrita y musicalizada por Luis Caruso en 1947. “Andá que te cure Lola” es a donde un hombre manda a una mujer a la que mantuvo mientras pudo y cuando ya no tuvo “guita” (dinero) la mujer lo dejó por un inglés. Por eso al final de la milonga, este hombre despechado le dice: “seguí con ese “checato”/ y a mí no me “des más bola” (no prestarle más atención); / y si la inglesa vitrola / deja un día de sonar (se va o se muere) / no me vengas a “escorchar” (molestar) / “Y… andá que te cure Lola”.
Andá a freir buñuelos; andá a freir muñatos; andá que te cure Hortensia; andá a cantarle a Gardel.
“Cansado de tanto escuchar sus quejas y no aceptar ninguna sugerencia, el abuelo le dijo: andá que te cure Lola”. Se refiere en este caso a un hombre mayor que termina sacándose de encima a quien lo ha tomado de paño de lágrimas.
“Como un homenaje a tantas frases de principios de siglo como: andá que te cure Lola, la marca de galletitas uruguayas ‘Solar’ las ha impreso en sus latas”. En este ejemplo, se usa con el sentido de una publicidad.
“No querés salir, no querés quedarte, no querés irte, no querés venir, má sí, andá que te cure Lola- le dijo el hombre a su mujer”. Aquí, se aplica a una mujer indecisa y al cansancio de su marido.