El término feromona es un neologismo formado a partir del griego. Acuñado en los años 1950, está conformado en primer lugar, por φέρω (pr. féro) 1era persona singular presente del modo indicativo del verbo φέρειν con el significado en español de llevar. Se asocia esta raíz a la indoeuropea *bher- que significa llevar, cargar, llevar el fruto. Y en segundo, por ὁρμόν (pr. ormon) que es el participio presente de ὁρμᾶν (pr. orman) cuyo significado es mover, provocar, excitar, estimular, impulsar. Este verbo está asociado a la raíz indoeuropea *-ser que significa fluir.
Puede considerarse, entonces, como el concepto etimológico de esta palabra que lleva algo que provoca una reacción o excitación.
Clase: sustantivo, femenino, singular.
Para la Enciclopedia Universal su definición es: “Biología. Sustancia secretada por un animal, que actúa sobre el comportamiento de los animales de la misma especie”.
El Diccionario ecológico Academic define a este vocablo como: “sustancia de naturaleza hormonal que sirve para la transmisión de información, comunicación, entre los seres vivos de la misma clase. Cuando la circulación es entre especies distintas se habla de alomonas.”
Por lo tanto puede definirse también como sustancia química excretada por seres vivos con el fin de provocar respuesta específica de un individuo de la misma especie en el comportamiento. Se trata de una transmisión de señales que pueden ser volátiles como no volátiles.
Tanto las plantas como los animales usan diversos aromas o mensajes químicos para comunicarse dentro de la misma especie. Y casi todos envían códigos de esta manera tanto para atraerse o rechazarse sexualmente como para otros fines.
En estudios realizados con hormigas, se ha detectado que esta sustancia es utilizada por ellas como signo de reclutamiento, territorialidad, reconocimiento y alarma.
En este último caso, sirven para alertar a las otras hormigas en caso de peligro para que aumenten la locomoción. Aunque se ha encontrado que en algunas especies esta señal las lleva a la inmovilidad.
También existen feromonas de dispersión que son las que aumentan el espacio entre individuos para disminuir la competencia intraespecífica.
Sexuales, que son las que producen atracción. La hormiga hembra se ubica afuera del nido liberando estas sustancias para atraer al macho. Otra manera es la liberación de hormonas de las glándulas de la mandíbula del macho para atraer a la hembra.
De rastro que son las que usan las hormigas para ser seguidas hacia fuentes de comida o lugares para construir los nidos. Cuando una hormiga encuentra una fuente nueva de comida marca el camino con feromonas, reforzando el camino luego, con más acumulación de esa sustancia.
Se ha demostrado además que por las feromonas la hormiga elige el camino más corto desde su nido hacia la fuente de comida y de vuelta de la fuente de comida al nido. Asimismo con esta sustancia marcan dónde se encuentra la comida de mejor calidad, entre otras cuestiones.
En el caso de ratones, se ha detectado en experimentos de laboratorios que, algunas hembras por el solo hecho de oler esta sustancia de un macho diferente del que las fecundó, a través de la orina, por ejemplo, puede inducirlas a producir abortos.
En el caso del ser humano, se ha descubierto la existencia de esta sustancia a través de estudios científicos. El más conocido es el de la especialista en comportamiento humano doctora Cutler quien en 1986, junto a su equipo encontró que el ser humano libera esta sustancia. Sus estudios muestran que las mujeres se encuentran afectadas por esta sustancia liberada tanto por mujeres como por hombres.
El ser humano segrega esta sustancia de manera natural con el fin de comunicar su estado de ánimo y saludo o para indicar su disposición o compatibilidad sexual.
A pesar de estas afirmaciones estos estudios todavía están siendo debatidos en la comunidad científica por su método y por sus conclusiones
“El muchacho dice algo en broma como en serio, que cuando se siente atraído por una chica es porque huele sus feromonas”. Se refiere en este caso, al olor excretado como señal de excitación sexual.
“Está observando el camino que recorre una hormiga dejando sus feromonas que siguen las otras que vienen mucho más atrás”. Aquí, se aplica a la sustancia que comunica a donde hay alimento.
“A través de ver a la abeja reina levantando el abdomen y batiendo las alas sabe que está excretando feromonas para controlar a las obreras”. En este ejemplo, se usa con el sentido de dominio.