Se considera que el Grial o Santo Grial fue el plato o la copa que usó Jesús cuando se realizó la Última Cena, y por ello tiene detrás una vasta historia que, en muchos casos, se ha convertido en leyenda. Según algunos autores, la sangre y el agua salidas de la herida al costado del cuerpo de Jesucristo, hecha por la lanza del centurión, fueron recogidas en este cáliz por José de Arimatea. Este, un tiempo después, instituyó una dinastía de guardianes para que se pudiera mantener a salvo y escondido. A partir de allí pasando por las historias del Rey Arturo y llegando a la actualidad, la búsqueda de este Cáliz es fuente de especulaciones, investigaciones, historias y hasta novelas.
Clase: sustantivo masculino singular.
Su definición es el plato o la copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena.
Se lo menciona por primera vez en la narración “Perceval” de Chrétien de Troyes entre 1181 y 1191. Allí se relata la visita del aspirante a caballero del Rey Arturo llamado Perceval, al castillo del Rey Pescador, lugar a donde se le muestra el Grial. Dentro de él hay una especie de oblea, considerada una hostia consagrada, que le sirve de alimento al padre del Rey que se halla herido.
Posteriormente Wolfram von Eschenbach y Robert de Boron desarrollan dicha historia. Este último denomina al Grial de Chrétien como Santo. También es quien lo convierte en la copa de la Última Cena y quien especifica que es José de Arimatea quien recogió en él la sangre derramada de Jesús en su crucifixión. Asimismo sostiene que José y su familia llevaron esta copa a algún lugar de Britania no conocido.
Desde ese momento, se abre un amplio abanico de textos, provenientes de dos historias distintas:
La primera relacionada con su búsqueda realizada por los caballeros del Rey Arturo.
La segunda, que relata la propia historia de esta Copa desde los tiempos de José de Arimatea.
Pero con los años, los mitos se han ido multiplicando, hasta llegar incluso a considerar que este Cáliz no era una copa, sino María Magdalena, considerada como el receptáculo de la semilla divina, por tener una relación con Jesús, para ayudar a mantener el linaje. Esta explicación es del escritor Dan Brown en su novela “El código Da Vinci”.
Como sea, aún el misterio no se ha resuelto y si bien algunas teorías consideran que ya se ha encontrado, otras no lo avalan.
Una de las creencias es que el Cáliz de la Catedral de Valencia, en España es el Grial original, fechado en el siglo I. Se cree que la Iglesia Católica avala esta creencia ya que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI usaron este cáliz para Eucaristías multitudinarias en sus respectivas visitas a la ciudad.
En cuanto a su etimología, nace del bajo latín gradalis con el significado de plato de donde se tomaba la comida o la bebida o llamado también hornilla o cratera. La forma gradalis se transformó en “graal”, luego en “greal” para finalmente terminar en el término actual.
En cuanto a la etimología popular francesa se lo relaciona con “sangre real”, derivado de “Sang Réal”.
Desde el punto de vista lingüístico se cree que este vocablo pasó al latín desde la palabra griega: κρατήρ, κρατῆρος (pr. kratér, kratéros) que designa a una vasija donde se mezclaba el vino y el agua para hacer libaciones.
“Dentro de los misterios del Grial está su material, ya que algunos investigadores lo consideran de oro, mientras que para otros es de madera”. Se refiere en este caso, al material de esta copa.
“Se cree que el Santo Grial fue llevado a Roma por San Marcos y Pedro y que el Papa Sixto II lo entregó a un diácono español llamado San Lorenzo”. Aquí, se aplica a una de las teorías que avalarían que es el que se encuentra en Valencia.
“Conoció la existencia del Grial gracias a la película de Steven Spielberg, ‘Indiana Jones y la última cruzada’”. En este ejemplo, se usa con el sentido de su búsqueda en una película