El “no querer más Lola” no tiene como significado el que alguien no quiera más a ninguna mujer llamada Lola. Sino que es una expresión mediante la cual se deja en claro que no se quiere seguir adelante con algo porque se lo considera inalcanzable o imposible. O también porque se lo ha intentado tanto que ya se ha llegado al cansancio o hartazgo.
Si algún argentino dice que no quiere más Lola, hay que entender que no está dispuesto a seguir con lo que está haciendo o que no quiere seguir viendo, de ninguna manera, a alguna persona o encontrarse en determinada situación.
Clase: frase coloquial formada por un adverbio de negación (no); un verbo en infinitivo de 2da conjugación (querer); un adverbio de cantidad (más); un sustantivo propio femenino (Lola).
La definición correspondiente a la locución típica de Argentina “no querer más Lola” es no querer saber nada con alguna persona, situación o tarea, sea porque la persona se ha cansado de intentar lograr algo y no poder conseguirlo; o por simple desgano o falta de fuerza física o psicológica.
Lo más curioso de esta expresión es su origen ya que no está relacionado directamente relacionado con el concepto que luego adoptó.
Lola era una marca argentina de galletitas de la firma Bagley que comenzó a producirla hacia finales del siglo XIX. Se decía que esta galletita no tenía ningún tipo de agregado artificial y que era elaborada seleccionando los mejores ingredientes. Tan buena fama tenían que la galletita Lola comenzó a formar parte de las dietas en los hospitales de Buenos Aires. Los médicos las recomendaban a los pacientes y en las comidas de sanatorios y hospitales fueron agregadas como postre por ser consideradas ricas y saludables.
Según se cree, la frase “no querer más Lola” se origina en una persona que estaba de visita en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires junto a un amigo. Recorriendo las instalaciones llegaron a la puerta de la morgue, donde en ese momento un enfermero salía con una camilla con un cadáver. Se cuenta que ante esa escena, el visitante miró a su compañero y le dijo: “Éste no quiere más Lola…” haciendo alusión a que debido a que esa persona estaba muerta no iba a comer más ni esa galletita ni ninguna otra.
De ese significado, con el tiempo, terminó llegando al significado actual.
“Sus amigos saben que no quiere más Lola con su ex novia por eso se cuidan de no invitarlo a los lugares que la chica frecuenta”. En este ejemplo, se usa con el sentido de no querer ver más a una persona. La frase está conjugada.
”Para que el hombre haya decidido no querer más Lola con su trabajo es porque realmente su jefe y la rutina lo han hartado”. Se refiere en este caso a haber llegado a una situación de cansancio absoluto.
“Al finalizar la fiesta, se halla recostado sobre el sofá sin poder casi moverse, por eso sus hijos dicen que después de tomar tanto, ya no quiere más Lola”. Aquí, se aplica a alguien que ha bebido demasiado y ya no puede tenerse en pie. La frase está conjugada.