La palabra echar se origina en el latín (ver echar en falta).
El término menos también proviene del latín. Deriva de minus adverbio comparativo de parvum, parvi (pequeña cantidad, un poco) y de parvus, parva, parvum cuyo concepto es pequeño, breve, corto. El significado en latín es idéntico al que llegó al español.
Clase: locución originada en el gallego-portugués que pasó al español y está formada por un infinitivo (echar); una preposición (de) y un adverbio (menos).
La definición de esta locución es notar la falta de algo en el sentido de que no se tiene o no está en su sitio. También significa sentir la falta de una cosa en el sentido de necesitarla. A su vez se puede referir además a sentir la ausencia de una persona.
Esta locución gallego-portuguesa está formada a partir de la expresión “achar menos” con el significado de sentir la ausencia, y también como hallar menos de algo. La primera vez que se documenta esta frase sin la preposición “de”, o sea solamente “echar menos” fue en el siglo XIII, pero en el XVIII se le agregó “de” formando la locución actual: “echar de menos”.
Existen algunos filólogos que consideran que la aparición de la preposición se debió a la influencia de construcciones tales como echar de ver.
Actualmente la expresión “echar menos” con el sentido de la expresión tratada en este artículo, está en desuso, salvo para el caso en que se refiera a echar menor cantidad de algo.
Por su parte, “echar de menos” es equivalente a “echar en falta” que se puede usar habitualmente en su lugar.
Sin dudas su uso está muy ligado a lo romántico, ya que se utiliza este texto muchas veces para referirse a una persona que uno ama y del que se está separado por trabajo, estudio. O porque quizá hubo algún problema y la persona debió ir a otro lugar a vivir. O porque la relación se ha terminado y cada uno está por su lado o porque murió. Por eso se la asocia a añorar, extrañar, recordar con melancolía.
Se la puede ver escrita en cartas amorosas, graffitis, como epígrafes de fotos e inclusive formando parte de una imagen.
Llevado a un grado muy extremo de apego se puede asociar también a que alguien se siente incompleto sin el que se fue o ya no está y que lo necesita para seguir viviendo. Este tema se ha visto muy elaborado también en el cancionero romántico moderno, en los boleros y en los tangos, letras y músicas donde el amante se siente perdido sin el dueño o dueña de su corazón.
Por supuesto que gramaticalmente esta frase por estar compuesta por un infinitivo se puede conjugar en todas las personas y tiempos verbales.
Añorar, extrañar, echar en falta, requerir, faltar, necesitar.
“La familia dice que aun, después de un año, todos echan de menos la casa y el barrio donde vivían antes”. Se refiere en este caso a extrañar un lugar. El verbo está conjugado
“Siempre sostuvo que era un hombre fuerte y nunca extrañaría a nadie pero cuando su perro falleció, no pudo dejar de echar de menos a ese amigo fiel e inseparable de tantos años”. Aquí, se aplica a la muerte.
“Comentaba a los pocos días que ni bien su marido cerró la puerta para irse de viaje, ya lo había echado de menos”. En este ejemplo, se usa con el sentido de extrañar ni bien alguien parte. El verbo está conjugado.