“Darse vuelta la chaqueta” literalmente es poner el lado de adentro de esa prenda hacia afuera y usarla de esa manera. Lo que ocurre con las que son reversibles. Pero en sentido connotativo tiene por significado aquellas personas hipócritas, las que tienen doble cara que, por un lado, critican a alguien por detrás y por otro, cuando lo tienen en frente tratan de quedar bien con él, o más aún lo apoyan y se le unen.
Clase: frase coloquial formada por una frase verbal formada por el un verbo pronominal de primera conjugación (darse) y un sustantivo femenino singular (vuelta); un artículo definido femenino singular (la) y un sustantivo femenino singular (chaqueta).
Puede considerarse, por lo tanto como la definición de “darse vuelta la chaqueta”, frase coloquial propia de Chile, a la actitud que designa a las personas que tienen una doble conducta en el sentido de hablar mal de alguien delante de otras personas, pero al mismo se ocupa de tener buenas relaciones con él.
También se hace referencia con esta frase a todo aquel que cambia de opinión súbitamente y de forma oportunista.
Se aplica fundamentalmente en el ámbito político o de poder para dar cuenta de todos aquellos que se acomodan a las circunstancias perdiendo su identidad. Y en realidad este uso se basa en el origen de esta locución, ya que se originó en el ámbito político.
Concretamente en la Guerra Civil de 1891. En ella se enfrentaron el presidente José Manuel Balmaceda Fernández (1840-1891) y sus seguidores contra los partidarios del Congreso Nacional. Esto hizo que la Armada apoyara a los congresistas pero el Ejército se dividió, apoyando una parte, al presidente y la otra, al Congreso.
Los revolucionarios, partiendo de Iquique comenzaron a ganar terreno, hasta que luego de las batallas de Concón y Placilla, derrotaron a las fuerzas leales a Balmaceda, quien finalmente se suicidó.
Se dice, que durante la campaña, a medida que las fuerzas revolucionarias o constitucionalistas iban ganando, muchos militares adeptos de Balmaceda fueron cambiando de chaqueta.
Pero sin dudas, no ha sido la primera vez en la historia mundial que esto ha sucedido. En España esta actitud se conoce como “cambio de chaqueta” y se considera que el primero que la realizó fue Carlos Manuel I, Duque de Saboya (1562-1630). Ya que se lo consideraba que era muy hábil en cambiar su apoyo a un país u otro, según le convenían las alianzas. Para ello se decía que había mandado a confeccionar un jubón, que de un lado era blanco y del otro rojo. Así cuando visitaba a España, se colocaba la blanca y la roja cuando iba a Francia, dejando contentos a ambos bandos.
Otra expresión equivalente es la de “cambiar o volver la casaca”. En este caso, la historia se sitúa en las Guerras de Religión en Francia, durante el siglo XVI, los católicos llevaban unas casacas con cruces rojas y los calvinistas, en cambio, completamente blancas. Así con el fin de engañar al enemigo ambos bandos se daban vuelta la chaqueta.
Aun con estos antecedentes y aunque sea posterior en el tiempo, “darse vuelta la chaqueta” es una expresión típica de los chilenos.
“Cambiar de chaqueta” (España); “cambiar la casaca” (España); “cambiarse de bando”; “darse vuelta como un panqueque” (Argentina).
“Nadie va a votar al político porque todos saben que es habitual en él darse vuelta la chaqueta”. Aquí, se aplica a un político oportunista.
“Ya nadie le cree cuando hace una crítica a su jefe porque cuando está delante de él se da vuelta la chaqueta inmediatamente”. En este ejemplo, se usa con el sentido de alguien que critica a otra persona, pero cuando está frente a ella, la apoya. La frase está conjugada.
“En la importante votación de la ley, todos temen que la bancada opositora vaya a darse vuelta la chaqueta”. Se refiere en este caso, a un grupo en el congreso que ante una votación es probable que deje sus ideales para apoyar los de sus opositores.