El término desanimado se ha formado a partir del latín. En efecto, proviene de anima, animae cuyo primer significado ha sido soplo, respiración; luego tomó el de principio vital y vida; hasta que finalmente designó al alma. Este vocablo, a su vez, procede del indoeuropeo *an(u)- que significa respirar.
A esa base se le añade el prefijo des- que indica negación y el sufijo –do que señala que ha recibido una acción y que aparece en los participios como es este caso.
Puede considerarse por lo tanto, como el concepto etimológico de esta palabra el que no ha recibido el principio vital.
Clase: adjetivo, masculino -o / femenino a-, singular.
Para la Real Academia Española su definición es: “dicho de un lugar, de un espectáculo, de una reunión, etc.: poco concurridos”; “acobardado, deprimido”.
La Enciclopedia Universal lo define como “que está deprimido, desalentado”; “se refiere al lugar, espectáculo, reunión que no tiene animación”.
Si bien en muchos casos se considera que el desánimo es lo mismo que sentirse deprimido, no lo es. Ya que estar deprimido es un trastorno del estado de ánimo que produce abatimiento y una actitud de claudicación por parte del paciente desde el punto de vista psíquico y biológico. Psíquicamente se muestra a través de desinterés, tristeza, disminución de la autoestima y somáticamente puede darse bajo la forma de pérdida del apetito, disminución del peso corporal, alternaciones del sueño, etc.
Por esta razón, es útil saber si lo que sucede a la persona es realmente una depresión o simplemente está desanimada. Para eso puede ser útil llevar un diario personal en donde se puede hacer un seguimiento de lo que está sucediendo. A través de lo que se escribe se pueden ver las causas. Y si la tristeza no parece tener una causa inmediata, permite darse cuenta de la importancia de pedir ayuda.
Otra manera, puede ser a través de la realización de listas. Una con todo aquello que hace que uno se sienta optimista y positivo y otra, con lo que produce lo contrario. Si al escribir la lista no se encuentran cosas positivas o hay muy pocas, eso puede indicar que lo que está ocurriendo es más que un abatimiento pasajero. También la lista positiva puede dar las pautas de qué cosas se pueden cambiar para comenzar a sentirse mejor.
No obstante, a pesar de esto, es importante que si uno siente que el desánimo permanece y es hondo se consulte con un terapeuta profesional para que pueda diagnosticar con precisión qué es lo que está ocurriendo y ayudar a través de una terapia a que estos síntomas comiencen a desaparecer.
Desalentado, deprimido, descorazonado, desmoralizado, abatido, lánguido, cabizbajo, alicaído; apático, perezoso, apocado.
Animado, lanzado, estimulado, fortalecido, optimista, deseoso, emprendedor, alegrado, eufórico, enardecido, nervioso.
“Fue a inscribirse a la facultad pero al ver la cantidad de materias que debía cursar se ha desanimado tanto que decidió no seguir estudiando”. Se refiere en este caso, a alguien que se ha desalentado ante una dificultad.
“La reunión se veía desanimada, por eso la muchacha pidió un karaoke y sin ningún pudor se puso a cantar desafinando tanto que consiguió que todos se echaran a reír y a participar”. Aquí, se aplica a un encuentro social aburrido que finalmente se torna divertido.
“Fueron siempre conocidos por ser tres lánguidos y tristes muchachos, por eso cuando decidieron formar la banda musical le pusieron como nombre ‘los desanimados’”. En este ejemplo, se usa con el sentido de nombre de un grupo, definiendo la forma de ser de sus componentes.