En el imaginario popular un ascensor se visualiza como un aparato propio del siglo XX. Sin embargo, su primera referencia aparece en las obras del arquitecto Vitruvio. Este romano sostiene que Arquímedes (ca 287 a.C.- ca 212 a.C. había construido el primer elevador. Inclusive se mencionan en numerosas fuentes literarias posteriores, que en un monasterio de Sinaí, Egipto, había cabinas sostenidas con cuerdas de cáñamo que eran accionadas a mano o por animales.
De allí en más aparecen numerosas referencias de ascensores tanto en la España Islámica hacia el año 1000, como en los siglos posteriores, hasta llegar al siglo XX donde aparece el moderno y veloz elevador.
Clase: sustantivo masculino singular.
La definición de este vocablo es: aparato que consiste en una caja vertical instalada en un edificio, destinada a trasladar personas o cosas, en cuyo caso se denomina montacargas, de un piso a otro.
Está formado por partes mecánicas, electrónicas y eléctricas que funcionan en conjunto.
Existen dos tipos de ascensores:
-el electromecánico o de tracción eléctrica que está compuesto por una cabina y por un contrapeso a los que se les da movimiento a través de un motor eléctrico. Es el más común para el trasporte de personas a baja y alta velocidad, o con gran exigencia de conforto o que sirven para más de 6 pisos.
-el hidráulico u oleodinámico que se accionan a través de una bomba, acoplada a un motor eléctrico que inyecta aceite a cierta presión, a través de unas válvulas de seguridad y maniobra desde un depósito a un cilindro, dentro el cual hay un pistón que empuja la cabina para ascender, sosteniéndola. En el descenso el pistón descarga el aceite, vaciándose mediante una válvula con pérdida de carga para que el movimiento se produzca suavemente.
Es el más seguro, pero el más lento y el que más energía consume.
Si bien existen antecedentes de este transporte desde la antigüedad su invención como lo conocemos actualmente data de mediados del 1800. En realidad se crea en 1851 a partir de la creación de Waterman: el montacargas, formado por una plataforma que se unía a un cable mediante el cual se subían y bajaban personas y mercaderías.
En 1852, el estadounidense Elisha G. Otis, inventó el elevador con un sistema dentado, que facilitaba la amortiguación de la caída del mismo en caso de que se cortara el cable que sustentaba la cabina.
En 1853 Elisha estableció su propio negocio, empresa que aún existe en la actualidad: Otis Elevator Company.
A partir de 1857 se instala el primer ascensor de pasajeros en un almacén de la avenida Broadway, en Nueva York, Estados Unidos. Movido a vapor subía cinco pisos. De allí en más no solo se multiplicó su instalación en las ciudades de Estados Unidos sino en el mundo. Lo que llevó a la modificación del paisaje urbano ya que permitió que se construyeran edificios de muchos pisos.
En 1957 aparece el sistema de puertas automáticas para los ascensores de pasajeros, prescindiendo de esta manera, de las puertas que se cerraban y abrían manualmente.
En cuanto a su etimología proviene de una palabra del latín. En realidad es un cultismo emparentado con ascender, específicamente derivado de ascendo, ascendis, ascendere, ascendi, ascensum, verbo formado por el prefijo ad- con el significado de hacia y por scando, scandis, scandere, scandi, scansum que significa trepar, ascender. Raíces a las que se le agrega el sufijo -tor que señala el agente. El concepto original es por lo tanto, el que trepa, el que sube.
Elevador, montacargas.
“Como sufre de vértigo y claustrofobia jamás sube por un ascensor”. Aquí, se aplica a alguien que no utiliza elevadores.
“Debido al excesivo peso que se subió al ascensor se activó el sistema de seguridad deteniéndolo inmediatamente”. Se refiere en este caso a la detención por seguridad.
“Como es un edificio de muchos pisos, existe un ascensor para los pisos pares y otro para los impares”. En este ejemplo, se usa con el sentido de su organización por cantidad de pisos.