Quién no recuerda dentro de los Looney Toons las peleas de Elmer y Bugs Bunny o del Correcaminos y el Coyote en las que era posible todo tipo de maniobras para derrocarse uno al otro. Y más de una vez se ha visto aparecer un buen serrucho cortando en redondo alrededor de los pies para conseguir que se caiga.
Así se puede decir que “serruchar el piso” remite a dibujos animados. Sin embargo en la vida real, cuando se aplica esta expresión o se la dice frente a determinada circunstancia no provoca risa. Más bien lo que se siente es preocupación, malestar y muchas veces, enojo.
Clase: frase coloquial formada por un verbo de primera conjugación en infinitivo (serruchar); un artículo determinado masculino singular (el); un sustantivo masculino singular (piso).
La definición “de serruchar el piso”, frase típica de Argentina, es trabajar de manera secreta en contra del prestigio o de la posición de una persona. También es proponerse derribar al que está por encima de alguien, quitándole el cargo o el puesto, a través de comentarios insidiosos y deshonestos destacando lo supuestamente malo del otro. Asimismo se puede hacer lo contrario, mostrando quien tiene interés de quedarse con un puesto o de demostrar que es mejor que los otros, haciendo notar todo el tiempo que su trabajo está mejor realizado o es más efectivo que el del otro, su rival, u otros.
En la mayoría de los casos, esto sucede en el ámbito laboral. Existiendo muchas variantes ya que puede darse en la oficina, en un taller, o inclusive entre profesionales independientes.
De este modo un abogado que ha presenciado el juicio en el que otro abogado está defendiendo a su cliente. E increpa a este diciéndole que cree que sería más efectivo encarar de otra manera el juicio, o la defensa, o que él lo haría de otra manera. Sin dudas este abogado está serruchando el piso al otro.
Aunque “serruchar el piso” no es exclusivo del ámbito del trabajo, porque puede pasar también en lo personal, cuando alguien socava la autoestima del otro, manipulándolo o agraviándolo. Y la persona agraviada o manejada no sabe cómo defenderse y comienza a creerse lo que se le dice.
Indudablemente, esa es una forma de violencia, así como lo es también el hecho de que alguien haga lo imposible para quedarse con el lugar de otro.
No existe un origen comprobado para esta frase, simplemente su uso a lo largo del tiempo para señalar por comparación lo que puede significar serruchar un piso de madera, logrando que la parte serruchada caiga. Y lo que se realiza con una persona para sacarla del lugar en el que está.
Si bien esta expresión es muy conocida y utilizada en Argentina, también existe en otros países de Latinoamérica.
Así en Panamá tiene un significado parecido: es tratar de hacer a un lado a una persona o sacarle lo que le pertenece.
Para Costa Rica es buscar la forma o el medio de desvalorizar las acciones de otras personas, para denigrarlas.
En Perú, en tanto, se usa esta expresión para referirse a la manera en que a alguien le están quitando su novia o su novio.
Mover el piso.
“Todos sus compañeros saben que es un especialista en serruchar el piso, por eso sus víctimas son siempre los nuevos empleados”. Aquí, se aplica a alguien que menoscaba a otra persona para que le vaya mal en el ámbito laboral.
“Poco a poco y con un trabajo de orfebre, le serruchó el piso al gerente, comentó el empleado a su esposa”. Se refiere en este caso a quien hizo el trabajo de desprestigiar a su superior y quedarse con el puesto. La frase está conjugada.
“No es de serruchar el piso a nadie por eso cuando los compañeros de clase lo acusaron de haberle ido a contar al profesor lo que había pasado, se enojó muchísimo”. En este ejemplo, se usa con el sentido de alguien que no actúa en contra de los demás.