Tanto en Argentina como en Uruguay existe la expresión popular “tener un corso de contramano” para referirse a una persona que carece de cordura. Con una cierta nota de ironía se utiliza esta frase para decir que alguien está muy desorientado o desubicado en lo que hace o dice. O directamente se hace alusión a que está loco.
Claro que para entender qué tiene que ver un corso y un loco, hay que comprender las tradiciones de estos dos países, en las fiestas del carnaval.
Clase: frase popular formada por un verbo en infinitivo de 2da conjugación (tener); un artículo indefinido masculino singular (uno); un sustantivo masculino singular (corso); una preposición (de) y un adverbio (contramano).
La definición correspondiente a “tener un corso de contramano”, frase coloquial propia de Argentina y Uruguay es, que una persona está muy confundida o que está fuera de la realidad porque tiene las facultades mentales alteradas.
Cabe señalar que esta expresión se puede encontrar también como “tener un corso a contramano” o “tener un corso en contramano”.
Para poder comprender el significado de esta locución es necesario ahondar en lo que significan la expresión contramano y la palabra corso en ambos países.
Contramano o más precisamente “a contramano” se usa para referirse a la dirección contraria a la prescrita por la autoridad. De este modo se dice que un auto va a contramano, o en contramano cuando, por ejemplo, circula en una calle de norte a sur cuando en realidad el tránsito va de sur a norte. Por supuesto que ir a contramano implica un alto porcentaje de posibilidades de choque.
La palabra corso no tiene que ver con Córcega ni con piratas. Sino que es una palabra italiana que tomó el lunfardo, la jerga propia de Uruguay y Argentina. Y para comprender su uso hay que remontarse a la Antigua Roma durante las fiestas de Carnaval donde se realizaban diferentes tipos de carreras, que en italiano se denominan corsa. De aquí, algunos estudiosos explican la aparición de lo que significa en ambos países un corso que es un desfile de carnaval.
Otros estudiosos lo relacionan directamente con el término corso que significa curso en italiano y amplia avenida o viaducto. Como normalmente el festejo de carnaval en Argentina y Uruguay y en muchos otros países se suele realizar en una amplia avenida, quedó esa palabra para designar esa fiesta característica.
Y es muy especial ya que desfilan comparsas que son grupos de personas que se visten de la misma manera y salen a la calle con instrumentos musicales y bailando. Normalmente eligen un tema específico por cada carnaval y a través de todos sus integrantes, lo representan, inclusive pueden tener carrozas arregladas para tal efecto.
También hay murgas que son grupos de músicos que tocan instrumentos de percusión y entonan canciones, normalmente cómicas y con la finalidad de ridiculizar algunas situaciones del momento.
Y además puede haber gente caminando disfrazada, con caretas y antifaces. Lo cierto es que en un corso todo es barullo, bullicio, movimiento, música. Y si todo eso alguien se lo encuentra en contramano ciertamente es muy difícil poder avanzar hacia algún lado.
Por eso “tener un corso de contramano” es la imagen de que todo ese desorden y movimiento una persona lo tiene en su cabeza no permitiéndole hilar las ideas de manera coherente.
Un corso a contramano; un corso en contramano.
“Niega tener un corso de contramano, sin embargo todos los que lo conocen aseguran que está bien loquito”. Aquí, se aplica a una persona que tiene las facultades mentales alteradas.
“Me di cuenta que tiene un corso de contramano cuando vi que en vez de hacer lo que había dicho hizo todo lo contrario”. Se refiere en este caso a una persona que está totalmente desorientada y confusa. La frase está conjugada.
“Como se vive actualmente, no es difícil tener un corso de contramano- dijo el hombre a su amigo”. En este ejemplo, se usa con el sentido de enloquecerse.