El término proselitismo tiene su origen en el griego. Procede de προσηλυτισμος (pr. proselytismos). Este vocablo está formado por el prefijo προ- (pr. pro) cuyo significado es antes, delante; el verbo ἔρχομαι(pr. erjomai) primera persona del singular del presente modo indicativo, del verbo ἔρχεσθαι (pr. erxesthai) que significa ir, venir; y por último, el sufijo -ισμος (-ismos) con el significado de doctrina.
El concepto etimológico, entonces es la doctrina que incorpora a los nuevos venidos (extranjeros) προσήλυτος (pr. prosélytos).
Clase: sustantivo, masculino, singular.
La definición de esta palabra es la actividad y esmero en conseguir prosélitos. Entendiendo por prosélitos a toda persona que se incorpora a una religión. Por extensión se aplica también a todo individuo que se consigue para una doctrina, facción o ideología.
Si bien como se demuestra a través de la etimología de este vocablo, originariamente no estaba ligado a lo religioso, con el tiempo fue tomando este matiz.
En ese sentido muchas religiones cristianas distinguen entre lo que es proselitismo, que no sería legítimo y lo que es evangelizar. Éste último concepto es lo adecuado ya que no se trata de convencer a nadie para que profese una religión, para que crea en Dios, sino que la decisión de profesar un determinado culto, debe surgir a partir del convencimiento del creyente, del nacimiento de la fe.
Es por eso también que en la actualidad se utiliza más bien el término conversión para el acto de los fieles de una religión que adoptan otra. Mientras que proselitismo se refiere a conseguir adeptos para un partido político, seguidores para alguna acción, o votos para una elección. En este caso se aplica, durante las campañas electorales, para describir a los intentos de parte de los candidatos de los partidos a que las personas cambien su voto. Y así conseguir que no voten a quien originalmente pensaban, sino que lo hagan a su favor.
Esto mismo también puede ocurrir en toda institución en donde se deban realizar elecciones de autoridades como son los clubes, instituciones sociales, etc.
Debido a las conductas demasiado evidentes de quienes buscan influir para conseguir votos a su favor, en el ámbito político, este término tiene una cierta connotación negativa. Ya que se considera una conducta reprochable para la convivencia política, debido a que, quien realiza este tipo de actos rompe las reglas de una campaña limpia y justa. Quienes apoyan esta postura, se amparan en que se está forzando a los votantes a cambiar de opinión mediante ardides u ofrecimientos populistas.
Propaganda, afiliación, fanatismo; entusiasmo, ímpetu.
“El directivo de la institución acusó al secretario de estar haciendo proselitismo a su favor entre los empleados y otros directivos, para conseguir ser el presidente”. En este ejemplo, se usa con el sentido de auto-propaganda para conseguir apoyo.
“El vecino molesto por la insistencia semanal del grupo religioso, los encaró acusándolos de proselitismo religioso”. Se refiere en este caso, a la connotación negativa de este término.
“El comentario de la prensa ante el favorito de la campaña presidencial, es que sabe cómo hacer proselitismo”. Aquí, se aplica refiriéndose al arte de convencer al electorado.