El término cunnilingus proviene del latín. Es un adjetivo cuya forma masculina es la que ha llegado al español, y el femenino es cunnilingua, cunnilingum. Está formado por cunnus, cunni que, entre otros significados tiene el de vulva o genital femenino. Y lingus, según algunos filólogos, proviene del participio linctus, lincta, linctum del verbo lingo, lingis, ligere, linxi, linctum cuyo concepto es lamer. Aunque no exista una explicación de cómo llegó de linctum a lingus ya que el grupo “ct” latino da finalmente la “ch” en español.
Clase: sustantivo, masculino, singular.
La definición correspondiente a esta palabra es: la estimulación oral de los genitales femeninos, vulva, clítoris y la entrada de la vagina, con la boca o la lengua.
Es una de las técnicas del sexo oral, junto con la felación, que forma parte en la mayoría de los casos del acto sexual. Los sexólogos consideran que ayuda a conocer mejor el cuerpo del otro y forma parte además, de una manera de acariciar al otro.
Lejos de ser una técnica nueva, se remonta a siglos de nuestra historia. Por ejemplo, en la India se practicaba el sexo oral al que denominaban “auparishtaka” entre heterosexuales o también lesbianas besando sus vulvas. Inclusive en un templo en Bhubaneswar hay una escultura que muestra a dos mujeres realizando sexo oral.
En Japón, el testimonio lo dan unas ilustraciones eróticas llamadas “Shunga” que se cree han sido realizadas entre los siglos XVII y XX y que muestran dibujos de sexo oral. Una de las imágenes más reconocidas es la del pulpo que realiza sexo oral a una mujer.
Por su parte, en China, se cuenta la historia de la emperatriz Wu Zetian, cuyo reinado tuvo lugar entre el 690 y el 705 d.C. En ella se narra que esta mujer redactó un decreto mediante el cual todos los visitantes importantes que llegaran a su imperio debían rendirles sus respetos efectuándole un cunnilingus.
En el caso de Roma, durante el Imperio, no se veía bien ninguna práctica sexual que no fuera hecha en las orgías saturnales, donde se trastocaban todas las jerarquías sociales y los esclavos convivían con los amos.
Los romanos ligaron la práctica del sexo oral al poder, mediante roles mansos y dominantes. Si bien esto se tenía como una actividad sucia, a través de determinadas imágenes se ha podido constatar que cerca de los baños públicos algunos prostitutos esperaban a las mujeres que quisieran obtener sus servicios.
De acuerdo con las leyes de degradación sexual, en Roma, si se sospechaba que un hombre había estimulado oralmente a una mujer, era penado con la penetración por otro hombre. Y además se le instauraba el estatus de infame, al mismo nivel que prostitutas, actores y gladiadores, prohibiéndole además el voto y representarse a sí mismo ante un tribunal.
“Debido a su dificultad para alcanzar el orgasmo, la sexóloga le recomendó al marido que le realice cunnilingus”. En este ejemplo, se usa con el sentido de conseguir llegar al orgasmo.
“La chica fue directa al decirle al muchacho que quería que le hiciera cunnilingus estimulándole el punto G”. Se refiere en este caso, a una mujer que explica claramente cuáles son sus puntos de placer.
“A través de estudios se ha llegado a la conclusión que más del ochenta por ciento de las mujeres alcanzan su clímax con el cunnilingus”. Aquí, se aplica al porcentaje de mujeres que llegan al orgasmo a través de esta técnica.